El corazón es el órgano que más trabaja en todo el cuerpo humano. Se trata del motor del cuerpo, el encargado de que la sangre y las sustancias que esta transporta circulen por venas y arterias correctamente. Disfrutar de un corazón sano es un regalo que todo nuestro organismo agradecerá, y está en nuestra mano cuidar de él para que sea así, ya que la mayoría de los factores de riesgo cardiovascular se pueden mantener a raya si seguimos las indicaciones médicas adecuadas.

Según los especialistas, entre el 80 y el 90% de los infartos se asocian a factores de riesgo clásicos modificables, lo que significa que la mayoría de los infartos se podrían evitar. Para ello, los expertos de la Fundación Española del Corazón nos recomiendan seguir los siguientes consejos:

Adiós al tabaco. Eliminando el hábito tabáquico reduciremos las probabilidades de que la enfermedad cardiaca aparezca. La evidencia científica dice que el consumo de cigarrillos es la segunda causa de enfermedades cardiovasculares, solo por detrás de la hipertensión arterial.

Rutina deportiva. Se calcula que el 30% de las cardiopatías isquémicas (infarto y angina de pecho) se deben principalmente al sedentarismo. Para combatirlo deberemos que introducir en nuestra rutina diaria el ejercicio. En cuanto a la disciplina deportiva a escoger, los deportes aeróbicos, que son aquellos con un componente importante de resistencia, son los ideales porque entrenan el aparato cardiovascular.

Combatir la obesidad. Además de ser por sí misma un factor de riesgo cardiovascular, la obesidad está relacionada con otros factores de riesgo y enfermedades como la diabetes y la hipertensión arterial. Por eso una herramienta de prevención contra la enfermedad cardiaca es mantenernos en el peso que nos corresponda.

Cuidado con el colesterol. Los estudios afirman que podría ser causa del 22% de todos los eventos coronarios y del 40% de los infartos cerebrales, de ahí la importancia de vigilar sus niveles. Para reducir sus niveles, se recomienda realizar actividad física y seguir una alimentación rica en verduras, hortalizas, fruta, legumbres y pescado.

Vigilar la presión arterial. La hipertensión es una de las principales causas de insuficiencia cardiaca y renal, puede producir angina de pecho y además propicia la ateroesclerosis, pudiendo provocar trombos que lleguen a causar infarto de miocardio o cerebral. Incluso puede reblandecer las paredes de la aorta y provocar un aneurisma.

La diabetes, a raya. La diabetes es otro de los principales factores de riesgo cardiovascular. Por eso debemos intentar prevenirla o, en caso de que ya se padezca, mantenerla vigilada para evitar complicaciones.

Recuerda que el mejor tratamiento es la prevención. Gracias a esa prevención, nuestro corazón se mantendrá fuerte y saludable durante mucho tiempo.